lunes, 18 de junio de 2007

Mario Benedetti

Puentes como liebres:
lo que hace de nosotros la vida.


Este es un cuento complejo de comentar. Y eso porque su perfección se siente en las profundidades del alma: el alma que percibe, comprende y comparte los interminables giros que habrán de dar los protagonistas en pos del encuentro supremo y la consagración suspendida por toda una vida.

No es un cuento complejo de leer, en absoluto. Atrapa desde el inicio, desde el epígrafe tan acertado de donde surge el título del cuento. El lenguaje es cotidiano, sencillo, con toques de singularidad, y es, sobretodo, muy fresco y simpático, tierno pero a la vez pícaro, cuando se convierte en las escasas frases compartidas por los personajes a lo largo de toda una existencia.

Hay varios temas orbitando en el cuento mas el eje central es el amor. Pero es el amor más raro, ése que no se consuma inmediatamente ni es posesivo y es capaz de entregarse en las manos del azar para que la vida haga de sus actores lo que quiera.

En “Puentes como liebres” sí que la vida lleva a sus protagonistas por caminos variados, alejados unos de otros por largos años, apenas con el permiso de encontrarse muy de cuando en cuando para ponerse al tanto y “contarse una vez más quienes son”. Hasta que un día finalmente el encuentro es el verdadero y el más profundo: la entrega total y ya sin impedimentos a un amor que supo mantenerse joven a través del tiempo y la distancia.

Hay mucha evolución personal: identificarse es fácil. Adolescencia, juventud, la adultez con los senderos que tal vez no pensamos recorrer, la vejez y su mirada contemplativa. Está también la historia de un país que se inmiscuye en la vida de sus habitantes y los transforma. Un amigo escritor, tocayo y connacional de este autor, me dijo que el cuento tiene mucho de local. Tiene razón: en los escritos de Benedetti se siente el pulso del devenir histórico de su nación. Pero posee a la vez el logro de los grandes narradores de la humanidad: la capacidad de convertir una historia personal en universal.


Leer el cuento "Puentes como Liebres".

(Aclaro que el formato del texto no es el correcto, si pueden conseguirlo en papel, mucho mejor)


Comentario aparecido en la revista
Acción Cooperativa, Abril 2007.

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