lunes, 18 de junio de 2007

Juan Carlos Onetti

Bienvenido, Bob:
la silenciosa, perversa y sutil venganza.


Me recomendaron a Onetti hace poco tiempo. Accedí a varios cuentos y los leí sin demasiada emoción. Era una prosa excelente, eso es indiscutible. Pero por alguna extraña razón de química literaria los temas no llegaban a mover mi corazón. Hasta que di con el cuento titulado “Bienvenido, Bob”, el cual se situó inmediatamente en mi lista de grandes elegidos.

La literatura de Onetti es directamente admirable. Las frases fluyen, profundas, bellas y originales, hablando en un idioma que se sitúa mucho más allá de lo habitual, y que aún cuando es el intelecto quien lo interpreta, agita emociones que escapan incluso a la comprensión lógica para situarnos en el plano sicológico, donde el bien y el mal de nuestro yo luchan eternamente.

Muchos sentimientos y emociones que consideraríamos poco sanos reptan en las palabras de “Bienvenido, Bob”, cuyo título está cargado de una intensa y callada maldad que se deleita con el sufrir ajeno. Aún con razones diferentes pero paradójicamente semejantes, la frustración es intensa en los dos protagonistas, los cuales son al mismo tiempo agredido y agresor. Uno se enamoró y fue privado de su amor. El otro, el primer agresor, tenía grandes sueños como todo joven, con el mundo a sus pies. Y es en el recordar e insistir en la muerte de éstos que se consuma una de las más dolorosas venganzas imaginables. ¿Qué clase de ser vil, cuando ya estamos adentrados inevitablemente en la edad adulta, goza con recordarnos lo que soñamos una tibia noche de café con los amigos y después, en la vida diaria fría y gris, no pudimos alcanzar? Y, además, alienta en nosotros falsas esperanzas de que podemos lograrlo todavía.

Nunca se sabe en realidad, pero quizás es mejor entender que aquellos a quienes con nuestra arrogancia juvenil herimos, algún día podrían pasarnos la dolorosa factura de una silenciosa, perversa y sutil venganza. Así como el narrador protagonista del cuento se la pasa repetidamente al otrora gran Bob.


Leer el cuento "Bienvenido, Bob".


Comentario aparecido en la revista
Acción Cooperativa, Abril 2007.

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