jueves, 3 de mayo de 2007

Josefina Plá 2

Así quiere ser mi poesía cuando grande.

Soy un deseo de todo con la nada en el centro
preñez vasta de incendios que no llega a tizón.
Un sueño vertical atado a un giro eterno.
Estrella a la que un negro agujero absorbió.
J. Plá, Soy.


Nunca planeé experimentar con la poesía seriamente. Con mi escepticismo innato respecto a temas amorosos, poco podían interesarme los cursis vericuetos líricos. Hasta el día radiante en el cual descubrí que existían otras voces. Un poema de Borges arrojó la primera piedra. Pero fue la obra de Josefina Plá la que terminó de romper las estructuras de mis prejuicios, ayudándome a ver nuevas posibilidades de creación entre los pedazos.

Si mi amigo comentarista de la columna de al lado encontró en las palabras de la poetisa un boceto nítido de su ideal, yo descubrí algo igual de importante: una gran referente literaria. Fue una de las primeras veces que admití seriamente: “así quiero escribir algún día”.

Expresar con bellas y justas palabras el orgullo y la responsabilidad de ser mujer. Encarar en verso los vaivenes de la existencia, como el faro solitario y firme resiste las furiosas olas del mar. Caminar sin miedo y recia hacia el día fatal. Hay tantos aciertos en los poemas de Josefina que cualquier listado se quedaría inevitablemente corto.

Lo que más admiro de ella es su voz capaz de erguirse como única, propia de alguien que no tuvo reparos en trasladar su vida al otro extremo del mundo en pos de lo querido. Tomó decisiones y supo asumir las consecuencias, más allá de los aciertos y errores. Hizo de la erosión de la vida la fuerza transformadora de su obra, creando así una hermosa escultura.

Además de su lírica admiro su gran versatilidad, al incursionar en tantas ramas del arte. Escritura, grabado, muralismo, cerámica, crítica y más... Y también me encantó su amor por sus decenas de gatos que la rodearon hasta sus días finales, como una última y clara prueba de que quien tiene en su interior una fuerza, como de volcán en erupción, no sabe quedarse quieta ni un momento: crea, recrea y se entrega, segundo a segundo.




Comentario aparecido en la revista
Acción Cooperativa, Marzo 2007.

6 comentarios:

Otilio Herrera dijo...

Ojalá que tu poesía llegue a superar tus referentes, ojalá puedas hallar la fuente de inspiración y el arrojo que la autora le propone a la poetisa que hay en ti... es sólo cuestión de dejar que el corazón nos guíe según sus impulsos -creo yo-

==

Gatos... yiack! no me gustan...

Acho dijo...

Cómo va a decir esas cosas de los Gatos don Oti!

Usted está hablando mal de mi familia!

:)

Elia dijo...

Hola Ramón.

Muchas gracias por tu comentario y tus buenos deseos. Y ojalá cada uno de nosotros llegue hasta donde le indican sus sueños, hallando la fuerza en su interior.

Y en cuanto a los gatos, dicen que aquellos a los que no les gustan es solo porque no hay conocido bien a uno... ;)

Saludos!
EdlR

Lia dijo...

Jajaja.... ho Dios!!!


Yo detesto profundamente a los gatos, no puedo mirar a uno a los ojos ni sentirlo cerca... me dan tiña.
Lo siento gatito, a ti te perdono y tolero porque... no sé, pero me alegro que asi sea.

Elia.... Yo también huyo de la poésia cursi y martirizante, me atraen mucho más esas otras voces que claman a mirar más alla y aún después de eso alzar de nuevo la mirada y decir lo que uno mismo ve.. Me voy a leer los cuentos de la Plá....

Acho dijo...

Me siento discriminado!

A los lectores no les gustan los gatos!

Elia dijo...

Lía, muchas gracias por el comentario. Espero que te gusten los poemas de Josefina Plá y encuentres una de esas otras voces que más te atraen.

Un abrazo desde la casa.
EdlR