miércoles, 17 de enero de 2007

Elia De las Ruinas

En otro tiempo, al parecer, fue una estatua. Incluso hasta hoy tiene la mala costumbre de quedarse como petrificada en el jardín de la Casa Abandonada, con las manos en los bolsillos y la mirada perdida en ningún punto en particular. Se considera una espectadora de la vida, rara vez protagonista, y sus ansias de aventuras se dan por satisfechas con aquellas que se arremolinan en su siempre agitada mente. Adora andar sola por ahí, y si los tiempos que corren no estuvieran tan profundamente afectados por la inseguridad reinante, andaría mucho más sola todavía, y tendría el coraje de ir sola a lugares mucho más lejanos y… solitarios. Es posible reconocerla porque sonríe o hace comentarios entre dientes aunque a su lado, en apariencia, no haya nadie. Y vale recalcar la expresión “en apariencia”, porque para ella, nunca deja de haber alguien. Viaja constantemente acompañada de los miles de personajes que habitan los recovecos de su laberinto individual y son éstos los infatigables compañeros de las tropelías ya señaladas. Un débil brote de su lado oscuro la habita igualmente siempre, aunque, por lo general, sin consecuencias perceptibles, ocultado el pobre por el disfraz de ser sociable que utiliza día tras día pero que al final tampoco es capaz de ocultar del todo su naturaleza ruinosa (que también le ha hecho perder ya más de una cita). Algunos dicen que habla con palabras medio extrañas o le preguntan si es extranjera, lo cual a ella le parece también muy raro. A veces trata de hacerse pasar por una rubia tonta pero no le sale, ni siquiera con los claritos que se hace. Siempre terminan descubriendo a la oscura y sarcástica “freak” que se esconde abajo. Hasta el tipo que le vende sus cd’s truchos lo descubrió enseguida y le ofrece exactamente la música que a ella le gusta.

martes, 16 de enero de 2007

Ignacio -Acho- Almaenpena

Nadie sabe en qué momento cruzó el umbral, ni si llegó a cruzarlo del todo o si se quedó a mitad de camino de la nada. Es un ente amistoso aunque en numerosas ocasiones haga gala de un malhumor considerable y de un carácter serio, frío y bastante denso. Sus dos lugares favoritos de aparición terminan con el sufijo “teca” aunque difieren mucho entre sí: las biblio-tecas y las disco-tecas… Las bebidas espirituosas sirven para ganar su amistad temporal (típico socio de farra) y el que le regale un libro puede asegurarse su buena disposición por un largo tiempo. Quiere ser escritor desde que era un fantasmita pero por ahora se contenta con andar susurrando palabras a los vientos (especialmente al viento sur y sus derivados, el calor me hace mal). Se camufla bajo la apariencia de una persona normal y responsable desde las 8 hasta las 5, período durante el cual resulta por completo inofensivo como consecuencia de la camisa y la corbata. Su verdadera personalidad aflora por las noches, en las que deambula en busca de víctimas que tengan el valor y la poca prudencia de asomarse al interior de su abismo, lo cual -dicen quienes lo conocen- ha espantado a más de una. El apodo de cuatro letras -Acho- (variante del clásico que le correspondía por su nombre) se debió a las dificultades de pronunciación de sus primeros cinco años de vida, por lo cual prefirió suprimir la “N” inicial. También le dicen el Tigre Blanco y está en peligro de extinción.

¿El porqué de nuestra casa?

Cuando surgió el proyecto de escribir los dos en la revista dirigida por un amigo, colaborando con breves reseñas sobre temas literarios, quisimos tener también la versión “on line”, para estar acordes a la era que transitamos.

Bueno, la verdad es que yo, Ignacio, quise tener el blog y convencí de ello a Elia, quien no está demasiado encariñada con esto de la informática (todavía no llegamos a descubrir si es sólo por falta de tiempo para emplear a la práctica o si su mente produce una especie de ondas malignas que afectan el funcionamiento de estos aparatos electrónicos, resultando relativamente inmune sólo el “Word”, su herramienta de trabajo y ocio desde que tiene memoria).

¿El porqué de este espacio? Hay más de una respuesta, me imagino. La primera es porque blogger te da espacio gratis y entonces cualquiera puede tener su terrenito en este mundo intangible pero superpoblado que es la web. La segunda… y porque es divertido, al final de cuentas. Uno puede entregarle sus palabras al viento sin problemas ni consecuencias. El blog está ahí y sólo les hace perder el tiempo a aquellos que así lo desean, a quienes quieren invertir un par de minutos en leer lo que otros han escrito. Si damos rienda suelta a nuestra megalomanía, podemos decir que está relacionado también con permitir una mayor participación de la gente a través de sus comentarios, pero siendo realistas, tampoco esperamos que por acá pase mucha gente. Después de todo es una casa abandonada, no?

Para ir cerrando, lo que aquí van a poder leer son generalmente opiniones sobre temas variados, algunos de los cuales salieron publicados en la revista ya mencionada. Para las intimidades, lamentos y alegrías de cada uno, están nuestros respectivos blogs individuales, hacia los cuales esta casa tiene un pasadizo secreto, ahí al costado, en la barra lateral ésa.

Creo que como introducción ya alcanza, así que ahora doy paso a las presentaciones de los habitantes de la casa abandonada.